
En Lucas 17:5, “los apóstoles pidieron al Señor, Auméntanos nuestra fe.” ¿Por qué pedían más fe? Debido a que entendían que la fe es un elemento esencial en su relación con Dios.
Abraham es llamado el padre de la fe, y fue justificado [perdonado] ante Dios porque demostró en su vida que nada era más precioso para él que tener fe y confianza en Dios. Su fe fue duramente probada antes de que recibiera el título “Padre de la Fe”. Abraham espero casi medio siglo el nacimiento de Isaac, el hijo de la promesa. Cuando Isaac se convirtió en un adolescente, Dios le dijo a Abraham, “Toma ahora tu hijo, tu único hijo, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto.” ¡Qué increíble pedido de Dios! Abraham obedeció y por ese sorprendente acto de obediencia implícita y confianza en Dios, Abraham se convirtió en el “padre de la fe” a través de los siglos. El punto culminante de su recompensa fue que a través de su descendencia, el Mesías vino al mundo para salvarnos a ti y a mí. ¿Qué recompensa!
Si la fe es tan importante, y “sin fe es imposible agradar a Dios” (Hebreos 11:6), ¿cómo podemos saber qué es la fe?
La fe es descrito en el diccionario como: “firme creencia en algo para lo cual no hay prueba”, “plena confianza”, “creer, confianza.” Hebreos 11:1, el conocido capítulo de la fe, la describe como: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. El capítulo entero de Hebreos 11 es de gran estímulo para todos aquellos que deseen convertirse en hijos de Abraham por la fe.
El Nuevo Testamento está lleno de relatos de personas que se han curado de diversas enfermedades del cuerpo y del alma, porque tenía fe en Jesús, el Hijo de Dios. Jesús los bendijo con las siguientes palabras: Vete, tu fe te ha salvado” (Marcos 10:52).
Pero también hay una falsa confianza o una fe que infunde temor, y que hace, incluso, temblar a los demonios. Esta clase de fe no puede transformar a nadie. La verdadera fe cambia el corazón, nos hace hacedores de la palabra de Dios, y lo que es más importante, cree que Jesús vino al mundo para salvar a pecadores. Tenemos que tener este tipo de fe en nosotros, que nos ayuda a superar montañas de problemas. . . Y ¿sabe usted cómo se comienza? Con un poco de fe en los actos de nuestra vida cotidiana.
Por lo tanto, “debemos contender ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 3).
*Content Image: Man of prayer - Hiper Clips