Ofrenda del Primer Sábado Para la capilla y sede de Johannesburgo

Johannesburgo es la capital comercial de Sudáfrica y una gran vía de acceso entre África y el resto del mundo. De los 56 millones de habitantes de Sudáfrica, diez millones residen en Johannesburgo. Sudáfrica sigue disfrutando de libertad religiosa, ya que está consagrada en la Constitución del país. El cristianismo es la religión dominante en Sudáfrica, siendo la mayoría perteneciente a la Iglesia Católica Romana seguida por un diverso número de iglesias cristianas carismáticas. Aparte del cristianismo, el culto ancestral indígena africano es ampliamente practicado, seguido por el islamismo y luego el judaísmo.

El mensaje de la Reforma llegó a Johannesburgo en 1944 cuando dos hermanos de Zimbabue visitaron Sudáfrica. Desde entonces, el mensaje se ha extendido por toda Sudáfrica y ha llegado a países vecinos como Lesoto y Esuatini. La obra está organizada bajo el Campo Sudafricano, cuya sede se encuentra en Johannesburgo. Sin embargo, debido al alto costo de las propiedades en Johannesburgo, el campo no ha podido obtener una propiedad, sino que opera desde una oficina alquilada de aproximadamente 36 m2 (388 sq. ft.). Además, la mayoría de nuestras iglesias en Johannesburgo no tienen sus propios lugares de culto, sino que alquilan propiedades de otras iglesias o usan las escuelas gubernamentales para los servicios del sábado.

Hace unos años, por la gracia de Dios, compramos un terreno de 2 hectáreas (5 acres) en el cual ya existía una casa, financiado por donaciones de miembros de la iglesia de Sudáfrica. La parcela se encuentra a unos 10 km (6 millas) del centro de la ciudad de Johannesburgo. La casa existente es antigua y necesita algunas reformas. El proyecto consistirá en una sede permanente, una capilla central y, en los próximos años, una escuela con dormitorios. La realización de este proyecto requerirá un importante desembolso financiero a lo largo de varios años. Todos nuestros recursos han sido utilizados para la compra del terreno y por eso apelamos a ustedes, nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo, para que nos ayuden a realizar este proyecto.

Oramos para que Dios los bendiga ricamente al donar generosamente para este proyecto y les agradecemos de todo corazón por la ayuda que su donativo traerá a fin de promover la obra de Dios aquí en Sudáfrica.

Sus hermanos y hermanas del Campo Sudafricano