Prefacio
Durante este trimestre, los estudiantes de la Escuela Sabática de todo el mundo, continuarán con la serie de estudios titulada: En Esto Creemos, porque “no tenemos nada que temer sobre el futuro, excepto si olvidáramos la manera en que el Señor nos ha conducido y su enseñanza en nuestra historia pasada” (The General Conference Daily Bulletin, 29 de enero de 1893).
Hay muchas verdades fundamentales que son vitales para nuestra comprensión del Evangelio Eterno de Jesucristo. Estas gloriosas verdades deben ser completamente comprendidas, debiendo meditarse acerca de ellas, porque un mero conocimiento superficial de las mismas no satisfará la necesidad del alma. Debemos tener hambre y sed de justicia, pues sólo entonces seremos saciados. (Mateo 5:6).
“Existe una clase de fe que acepta incondicionalmente el hecho de que tenemos la verdad; pero la fe que toma a Dios en su palabra, que obra a través del amor y purifica el corazón, es muy excepcional. Todos los que profesan la verdad no están convertidos, aunque piensen que lo están. Algunos confunden las emociones, ideas e imaginaciones momentáneas, o las decisiones hechas por su propia fuerza de voluntad, como conversión. Pero la fe es un principio vivo y permanente. Su objetivo es la verdad—la verdad divina, eterna, inmutable. La fe genuina y salvadora es inseparable del arrepentimiento y la conversión, y manifestará los frutos del Espíritu. Es una confianza permanente y consciente en Jesús. La única esperanza del pecador reside en los méritos de un Salvador crucificado y resucitado. No podemos depender de ningún esfuerzo propio, sin embargo, deben hacerse estos esfuerzos.”
“Tenemos un mensaje solemne, que no fue confiado exclusivamente a los ministros. Hombres y mujeres que nunca serán llamados al ministerio, pueden tener su parte al actuar advirtiendo el mundo. Deben dejar que brille su luz.”—The Review and Herald, 27 de noviembre de 1883.
Estos temas son vitales para nuestra salvación. Los principios enseñados en estas lecciones de doctrinas fundamentales deberían ser claramente vividos en nuestra experiencia diaria, y transmitidos al pueblo en todas partes. El tiempo restante antes del regreso de nuestro Maestro es breve, y todavía hay un mundo en total oscuridad e ignorancia acerca de estas verdades salvadoras. “Cuando venga el Hijo del hombre, ¿hallará fe en la tierra?” (Lucas 18:8).
Que estas valiosas lecciones continúen siendo una preciosa bendición y una fuente de luz y poder para las almas fieles de todo el mundo, es la ferviente oración de
El Departamento de Escuela Sabática de la Conferencia General