Back to top

Sabbath Bible Lessons

En Esto Creemos (II)

 <<    >> 
Lección 6 Sábado, 9 de mayo de 2009

Los 2300 Días Proféticos

“Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado” (Daniel 8:14).

“Los que andaban en la luz de la palabra profética vieron que en lugar de venir a la tierra al fin de los 2.300 días, en 1844, Cristo entró entonces en el lugar santísimo del santuario celestial para cumplir la obra final de la expiación”. —El Conflicto de los Siglos, págs. 474, 475.

Lectura adicional:   El Conflicto de los Siglos, págs. 363–379, 461–475. 

Domingo 3 de mayo

1. LA VISIÓN DE DANIEL 8

a. ¿Qué fue mostrado al profeta Daniel sobre el desarrollo de los acontecimientos mundiales? Daniel 8:3–14. ¿Qué explicación fue dada por el ángel Gabriel? Daniel 8:20–25.

“Le fue dada luz adicional acerca de los acontecimientos futuros. . . Con fervor [Daniel] solicitó que se le permitiera conocer el significado de la visión. No podía comprender la relación que pudiera haber entre los setenta años de cautiverio, predichos por Jeremías, y los dos mil trescientos años que, según oyó en visión, el visitante celestial anunciaba como habiendo de transcurrir antes de la purificación del santuario.”—Profetas y Reyes, pág. 406.

“Dios le enseñaba [a Daniel] a leer los misterios de lo por venir, y a registrar para las generaciones futuras, mediante figuras y símbolos, acontecimientos que abarcaban la historia de este mundo hasta el fin del tiempo”. —Ídem., págs. 355, 356.

b. El ángel explicó los símbolos del carnero, el macho cabrío y los cuernos. ¿Qué parte de la visión no fue explicada al profeta? Daniel 8:26, 27.

“El ángel había sido enviado a Daniel con el objeto expreso de que le explicara el punto que no había logrado comprender en la visión del capítulo octavo, el dato relativo al tiempo: ‘Hasta dos mil y trescientas tardes y mañanas; entonces será purificado el Santuario’ (Daniel 8:14).”—El Conflicto de los Siglos, pág. 372.


Lunes 4 de mayo

2. GABRIEL EXPLICA

a. Después de la ferviente oración del profeta, ¿qué dijo el ángel a Daniel—y por qué es esto importante para nosotros hoy? Daniel 9:20–23; 12:3, 4, 9, 10.

“A medida que nos acercamos al término de la historia de este mundo, las profecías registradas por Daniel exigen nuestra atención especial, puesto que se relacionan con el tiempo mismo en que estamos viviendo. Con ellas deben vincularse las enseñanzas del último libro del Nuevo Testamento. Satanás ha inducido a muchos a creer que las porciones proféticas de los escritos de Daniel y de Juan el revelador no pueden comprenderse. Pero se ha prometido claramente que una bendición especial acompañará el estudio de esas profecías. ‘Entenderán los entendidos’ (Daniel 12: 10), fue dicho acerca de las visiones de Daniel cuyo sello iba a ser quitado en los últimos días.”—Profetas y Reyes, pág. 402.

b. ¿Cómo deben ser contados los 2300 días en el tiempo profético y subdivididos en distintas porciones? Ezequiel 4:6; Números 14:34; Daniel 9:24–27.

“El ángel delineó entonces detalladamente el período de las setenta semanas”. —The Review and Herald, 21 de marzo de 1907.

“Se había comprobado que los 2.300 días principiaron cuando entró en vigor el decreto de Artajerjes ordenando la restauración y edificación de Jerusalén, en el otoño del año 457 ant. de C. Tomando esto como punto de partida, había perfecta armonía en la aplicación de todos los acontecimientos predichos en la explicación de ese período hallada en Daniel 9:25–27. Sesenta y nueve semanas, o los 483 primeros años de los 2.300 años debían alcanzar hasta el Mesías, el Ungido; y el bautismo de Cristo y su unción por el Espíritu Santo, en el año 27 de nuestra era, cumplían exactamente la predicción. En medio de la septuagésima semana, el Mesías había de ser muerto. Tres años y medio después de su bautismo, Cristo fue crucificado, en la primavera del año 31. Las setenta semanas, o 490 años, les tocaban especialmente a los judíos. Al fin del período, la nación selló su rechazamiento de Cristo con la persecución de sus discípulos, y los apóstoles se volvieron hacia los gentiles en el año 34 de nuestra era. Habiendo terminado entonces los 490 primeros años de los 2.300, quedaban aún 1.810 años. Contando desde el año 34, 1.810 años llegan a 1844. ‘Entonces—había dicho el ángel—será purificado el Santuario.’ Era indudable que todas las anteriores predicciones de la profecía se habían cumplido en el tiempo señalado.”—El Conflicto de los Siglos, pág. 462.


Martes 5 de mayo

3. CUATROCIENTOS NOVENTA AÑOS

a. ¿Con qué propósito fueron separadas las 70 semanas proféticas de los 2300 días? Daniel 9:25, 27 (primera parte).

“Después de mandar a Daniel que ‘entienda’ ‘la palabra’ y que alcance inteligencia de ‘la visión’, las primeras palabras del ángel son: ‘Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad.’ La palabra traducida aquí por ‘determinadas’, significa literalmente ‘descontadas.’ El ángel declara que setenta semanas, que representaban 490 años, debían ser descontadas por pertenecer especialmente a los judíos. ¿Pero de dónde fueron descontadas? Como los 2.300 días son el único período de tiempo mencionado en el capítulo octavo, deben constituir el período del que fueron descontadas las setenta semanas; las setenta semanas deben por consiguiente formar parte de los 2.300 días, y ambos períodos deben comenzar juntos. El ángel declaró que las setenta semanas datan del momento en que salió el edicto para reedificar a Jerusalén. Si se puede encontrar la fecha de aquel edicto, queda fijado el punto de partida del gran período de los 2.300 días.

“Ese decreto se encuentra en el capítulo séptimo de Esdras. (Vers. 12–26.) Fue expedido en su forma más completa por Artajerjes, rey de Persia, en el año 457 ant. de J. C. Pero en Esdras 6:14 se dice que la casa del Señor fue edificada en Jerusalén ‘por mandamiento de Ciro, y de Darío y de Artajerjes rey de Persia’. Estos tres reyes, al expedir el decreto y al confirmarlo y completarlo, lo pusieron en la condición requerida por la profecía para que marcase el principio de los 2.300 años. Tomando el año 457 ant. de J. C. en que el decreto fue completado, como fecha de la orden, se comprobó que cada especificación de la profecía referente a las setenta semanas se había cumplido.”—El Conflicto de los Siglos, págs. 372, 373.

b. ¿Cuándo y cómo fue ungido Jesús? Lucas 3:1–3; Hechos 10:38; Mateo 3:16. (Mesías [Mashiach, hebreo], Cristo [Christos, griego], significan “el Ungido”)

“El decreto de Artajerjes fue puesto en vigencia en el otoño del año 457 ant. de J. C. Partiendo de esta fecha, los 483 años alcanzan al otoño del año 27 de J. C. Entonces fue cuando esta profecía se cumplió. La palabra ‘Mesías’ significa ‘el Ungido.’ En el otoño del año 27 de J. C., Cristo fue bautizado por Juan y recibió la unción del Espíritu Santo. . . El apóstol Pedro testifica ‘cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret’ (Hechos 10:38). Y el Salvador declaró de sí mismo: ‘El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres’ (Lucas 4:18).”—Ídem., pág. 373, 375.


Miércoles 6 de mayo

4. LA SEPTUAGÉSIMA SEMANA

a. Según la profecía, ¿qué sucedería después del ungimiento de Jesús y al final de la septuagésima semana? Daniel 9:27.

“La semana de la cual se habla aquí es la última de las setenta. Son los siete últimos años del período concedido especialmente a los judíos. Durante ese plazo, que se extendió del año 27 al año 34 de J. C., Cristo, primero en persona y luego por intermedio de sus discípulos, presentó la invitación del Evangelio especialmente a los judíos. Cuando los apóstoles salieron para proclamar las buenas nuevas del reino, las instrucciones del Salvador fueron: ‘Por el camino de los Gentiles no iréis, y en ciudad de Samaritanos no entréis’ (Mateo 10:5, 6).

“A la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda’ (Daniel 9:27). En el año 31 de J. C., tres años y medio después de su bautismo, nuestro Señor fue crucificado. Con el gran sacrificio ofrecido en el Calvario, terminó aquel sistema de ofrendas que durante cuatro mil años había prefigurado al Cordero de Dios.”—El Conflicto de los Siglos, pág. 375.

“En medio de la septuagésima semana, el Mesías había de ser muerto. Tres años y medio después de su bautismo, Cristo fue crucificado, en la primavera del año 31. Las setenta semanas, o 490 años, les tocaban especialmente a los judíos. Al fin del período, la nación selló su rechazamiento de Cristo con la persecución de sus discípulos, y los apóstoles se volvieron hacia los gentiles en el año 34 de nuestra era.”—Ídem., pág. 462.

b. Después de la muerte de Cristo en el año 31 d.C., la nación judía tuvo aún un tiempo de gracia de 3 años y medio. ¿Cuándo terminaron las 70 semanas? Hechos 13:46–48.

“Las setenta semanas, o 490 años concedidos a los judíos, terminaron, como lo vimos, en el año 34 de J. C. En dicha fecha, por auto del Sanedrín judaico, la nación selló su rechazamiento del Evangelio con el martirio de Esteban y la persecución de los discípulos de Cristo. Entonces el mensaje de salvación, no estando más reservado exclusivamente para el pueblo elegido, fue dado al mundo. Los discípulos, obligados por la persecución a huir de Jerusalén, ‘andaban por todas partes, predicando la Palabra’ (Hechos 8:4).”—Ídem., pág. 375.

“Debía abrirse la puerta que muchos de los judíos conversos habían cerrado a los gentiles. Y de entre éstos los que aceptaran el Evangelio habían de ser considerados iguales a los discípulos judíos, sin necesidad de observar el rito de la circuncisión.”—Los Hechos de los Apóstoles, pág. 111.


Jueves 7 de mayo

5. EL SANTUARIO A SER PURIFICADO

a. ¿Hasta cuándo se extendieron los 2.300 días? ¿Qué ocurrió entonces? Daniel 8:14.

“Las setenta semanas—490 días—descontadas de los 2.300 días, quedaban 1810 días. Concluidos los 490 días, quedaban aún por cumplirse los 1810 días. Contando desde 34 de J.C., los 1810 años alcanzan al año 1844. Por consiguiente los 2.300 días de Daniel 8:14 terminaron en 1844. Al fin de este gran período profético, según el testimonio del ángel de Dios, ‘el santuario’ debía ser ‘purificado’ (Daniel 8:14). De este modo la fecha de la purificación del santuario—la cual se creía casi universalmente que se verificaría en el segundo advenimiento de Cristo—quedó definitivamente establecida.”—El Conflicto de los Siglos, pág. 376.

“En lugar de venir a la tierra al fin de los 2.300 días, en 1844, Cristo entró entonces en el lugar santísimo del santuario celestial para cumplir la obra final de la expiación preparatoria para su venida”. —Ídem., págs. 474, 475.

b. ¿Qué está sucediendo ahora en el santuario celestial? Hebreos 4:14–16; 7:25; 9:11, 12, 23, 24; Apocalipsis 3:7, 8.

“El fin de los 2.300 días, en 1844, había marcado una crisis importante. Pero si bien era cierto que se había cerrado la puerta de esperanza y de gracia por la cual los hombres habían encontrado durante mil ochocientos años acceso a Dios, otra puerta se les abría, y el perdón de los pecados era ofrecido a los hombres por la intercesión de Cristo en el lugar santísimo. Una parte de su obra había terminado tan sólo para dar lugar a otra. Había aún una ‘puerta abierta’ para entrar en el santuario celestial donde Cristo oficiaba en favor del pecador.”—Ídem., págs. 482, 483.


Viernes 8 de mayo

PREGUNTAS DE REPASO PERSONAL

a. ¿Por qué la profecía de Daniel 8:14 es tan importante?

b. ¿Qué evidencias demuestran que los 2300 días proféticos son años literales?

c. ¿Cómo el tiempo de Cristo sobre la tierra vindica el principio del día–año?

d. Por qué el año 34 d.C. es significativo en la profecía?

e. Desde 1844, ¿qué ha sido cada vez más crucial para la vida del cristiano?

 <<    >>