Domingo
12 de abril
1. JUAN EL BAUTISTA
a. ¿A quién se registra en el Nuevo Testamento como el primero en bautizar, y cuál era el tema de su predicación? Mateo 3:1–6.
“Juan proclamaba la venida del Mesías, e invitaba al pueblo a arrepentirse. Como símbolo de la purificación del pecado, bautizaba en las aguas del Jordán. Así, mediante una lección objetiva muy significativa, declaraba que todos los que querían formar parte del pueblo elegido de Dios estaban contaminados por el pecado y que sin la purificación del corazón y de la vida, no podrían tener parte en el reino del Mesías.”—El Deseado de Todas las Gentes, pág. 80.
b. Cuando muchos fariseos y saduceos se reunieron en el desierto para ser bautizados, ¿qué mensaje les dio Juan? Mateo 3:7–10.
“Juan mismo no había indicado a sus oyentes que abandonasen sus deberes anteriores. Los instaba a dar evidencia de su arrepentimiento siendo fieles a Dios en el lugar donde los había llamado.”—Ídem., pág. 125.
Lunes
13 de abril
2. EL BAUTISMO DE JESÚS
a. Entre los muchos que fueron al desierto para ver a Juan el Bautista, también vino Jesús. ¿Por qué hizo esto? Mateo 3:13–15.
“Jesús fue nuestro ejemplo en todas las cosas que conciernen a la vida y a la santidad. Fue bautizado en el Jordán, así como deben ser bautizados los que vienen a Él.”—Our High Calling, pág. 157.
“Jesús no recibió el bautismo como confesión de culpabilidad propia. Se identificó con los pecadores, dando los pasos que debemos dar, y haciendo la obra que debemos hacer. Su vida de sufrimiento y paciente tolerancia después de su bautismo, fue también un ejemplo para nosotros.”—El Deseado de Todas las Gentes, pág. 85.
b. ¿Qué sucedió cuando Jesús salió del agua? Mateo 3:16, 17.
“Una nueva e importante etapa se abrió ante Jesús, y sintió la solemnidad y responsabilidad de las nuevas tareas que realizaría, y de las cargas más pesadas que llevaría de aquí en adelante. Su bautismo fue el primer acto de su ministerio público; y aquí Él se identifica con los pecadores como su representante, al tomar sobre sí sus pecados, incluyéndose entre los transgresores. En su oración, Cristo, con su brazo humano, circunda a la humanidad caída, mientras que con su brazo divino alcanza el trono del Infinito.”—The Youth’s Instructor, 1º de marzo de 1874.
“Los ángeles nunca habían escuchado tal oración. Eran solícitos en llevar al Redentor que oraba mensajes de seguridad y amor. Pero ahora no; el Padre mismo atendería a su Hijo. Directamente desde el trono procedió la luz de la gloria de Dios. Los cielos fueron abiertos, y rayos de luz y gloria emanaron de allí y asumieron la forma de una paloma, con apariencia de oro bruñido. La forma de paloma es un símbolo de la mansedumbre y bondad de Cristo. . .
Los truenos retumbaban y los relámpagos iluminaban el cielo abierto, y una voz proveniente de allí dijo con terrible majestad: ‘Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia’. Las palabras de confirmación fueron dadas en beneficio de los testigos de su bautismo y para asegurar al amado Hijo de Dios que su Padre aceptaba a la humanidad a través de Él, su sustituto y garante, y que Dios uniría al hombre a sí mismo, y abriría el cielo a las oraciones de los hombres a través de la intercesión de su Hijo.”—Ídem.
Martes
14 de abril
3. NACIDO DE NUEVO, DEL AGUA
a. En la conversación de Jesús con Nicodemo, ¿qué verdad fue presentada como válida para todo ser humano? Juan 3:5–7.
“La figura del nuevo nacimiento que Jesús había empleado no era del todo desconocida para Nicodemo. Los conversos del paganismo a la fe de Israel eran a menudo comparados a niños recién nacidos. Por lo tanto, debió percibir que las palabras de Cristo no habían de ser tomadas en su sentido literal. Pero por virtud de su nacimiento como israelita, se consideraba seguro de tener un lugar en el reino de Dios. Le parecía que no necesitaba cambio alguno.”—El Deseado de Todas las Gentes, pág. 142.
“Nicodemo sabía que Cristo se refería aquí al agua del bautismo y a la renovación del corazón por el Espíritu de Dios”. —Ídem., pág. 143.
“Mientras Jesús estaba hablando, algunos rayos de la verdad penetraron en la mente del príncipe. La suavizadora y subyugadora influencia del Espíritu Santo impresionó su corazón.”—Ídem., pág. 144.
“El poder del Espíritu Santo transforma al hombre entero. Este cambio constituye el nuevo nacimiento.”—The Signs of the Times, 15 de noviembre de 1883.
b. ¿Cuál es el significado de ser “nacido del agua” y “nacido del Espíritu”? Romanos 6:3–7; Juan 1:12, 13.
“Por el bautismo se renuncia muy solemnemente al mundo. Los que son bautizados en el triple nombre, Padre, Hijo y Espíritu Santo, al comienzo mismo de su vida cristiana, declaran públicamente que han abandonado el servicio de Satán y que han llegado a ser miembros de la familia real, hijos del Rey celestial.”—Joyas de los Testimonios, tomo 2, pág. 389.
“El verdadero arrepentimiento por el pecado, la fe en los méritos de Jesucristo, y el bautismo en su muerte, para ser levantados del agua y vivir una vida nueva, son los primeros pasos en el nuevo nacimiento que Cristo le dijo a Nicodemo que debía experimentar para ser salvo”. —Exaltad a Jesús, pág. 73.
“Somos bautizados en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, y estos tres grandes e infinitos poderes, están juntamente comprometidos a trabajar en nuestro favor si cooperáremos con ellos. Somos sepultados con Cristo en el bautismo como un emblema de su muerte. Somos renacidos del agua como un emblema de su resurrección. Debemos vivir como almas recién nacidas, a fin de poder ser resucitados en el gran día final.”—The General Conferencia Boletín, 4 de abril de 1901.
Miércoles
15 de abril
4. NUEVAS CRIATURAS
a. Antes de que seamos bautizados, ¿qué requiere el Señor de nosotros, y en qué relación entramos entonces? 2 Corintios 6:14–18.
“Salgan de en medio de ellos, y apártense, dice el Señor, y yo los recibiré, y serán hijos e hijas del Señor Todopoderoso. ¡Qué promesa es ésta! Es una garantía de que lleguen a ser miembros de la familia real, herederos del reino celestial.”—Testimonios para la Iglesia, tomo 2, pág. 524.
“¿Tenéis que separaros de vuestros amigos y parientes cuando decidís obedecer las exaltadas verdades de la Palabra de Dios? Animaos porque Dios ha hecho provisión para vosotros y sus brazos están abiertos para recibiros. Salid de en medio de ellos y separaos, y no toquéis lo inmundo, y Él os recibirá. Él promete ser un Padre para vosotros. ¡Qué admirable relación es ésta! Es más elevada y santa que cualquier vínculo terrenal. Si hacéis el sacrificio, si tenéis que olvidar padre, madre, hermanas, hermanos, esposa e hijos por amor de Cristo, no quedaréis sin amigos. Dios os adopta en su familia; llegáis a ser miembros de la familia real, hijos e hijas del Rey que gobierna los cielos de los cielos. ¿Podéis desear una posición más elevada que la que aquí se promete? ¿No basta esto?”—Ídem., tomo 1, pág. 447.
b. Cuando alguien nace de nuevo, ¿cómo lo considera Dios—y qué sucede en su vida? 2 Corintios 5:17; 1 Pedro 1:22, 23; 2:1, 2.
“El orgullo es limpiado del alma. El egoísmo es desarraigado. El temperamento apresurado y apasionado, ya no domina al hombre; pues Jesucristo ha traído los pensamientos en cautiverio a Él. La conversación ya no es altanera; ninguna arrogancia sale ya de su boca; porque el Señor es un Dios de sabiduría, y mediante Él son pesadas las acciones.”—The Signs of the Times, 26 de septiembre de 1892.
“La vieja naturaleza, nacida de sangre y de voluntad de carne, no puede heredar el reino de Dios. Es necesario abandonar las sendas antiguas, las tendencias hereditarias, los viejos hábitos, pues la gracia no se hereda. El nuevo nacimiento consiste en tener nuevos motivos, gustos y tendencias. Los que han nacido a una vida nueva mediante el Espíritu Santo, son partícipes de la naturaleza divina y en todos sus hábitos y procedimientos dan testimonio de su relación con Cristo.” — ¡Maranata, el Señor Viene!, pág. 235.
Jueves
16 de abril
5. BAJO LA JURISDICCIÓN DE LA DIVINIDAD
a. ¿En qué nombre deben ser bautizadas las almas convertidas, y qué promesa les es dada? Mateo 28:19, 20. ¿Qué privilegio y responsabilidad descansa sobre ellas? Colosenses 3:1–3.
“Cuando los cristianos se someten al solemne rito del bautismo, el Señor registra el voto que hacen de serle fieles. . . Se comprometen a renunciar al mundo para observar las leyes del reino de Dios. Por lo tanto, han de andar en novedad de vida. No han de seguir más las tradiciones de los hombres. No han de seguir por más tiempo métodos deshonestos. Han de obedecer los estatutos del reino del cielo. Han de buscar el honor de Dios. Si son fieles a su voto, serán provistos de gracia y poder que los habilitará para cumplir con toda justicia.”—El Evangelismo, págs. 226, 227.
“El rito del bautismo es administrado en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Estos tres grandes poderes del cielo están comprometidos para ser la eficacia de todos los que se someten a esta ordenanza, y que mantienen fielmente el voto que han hecho.”—Manuscript Releases, tomo 6, pág. 27.
“Permanecen bajo la aprobación y el poder de los tres seres más santos en el cielo, que pueden impedirle de caer. Deben revelar que están muertos al pecado; su vida está escondida con Cristo en Dios.”—Ídem., tomo 7, pág. 267.
b. Cuando somos adoptados como hijos e hijas de Dios, ¿qué derecho y privilegio nos pertenecen? Romanos 8:16, 17; Gálatas 3:26–29; 4:6, 7.
Viernes
17 de abril
PREGUNTAS DE REPASO PERSONAL
a. ¿Qué esperanza ofrecía Juan el Bautista a los que venían a él?
b. ¿Por qué fue bautizado Jesús?
c. ¿Qué significado tiene para nosotros el encuentro de Cristo con Nicodemo?
d. ¿Qué debe indicar el bautismo en la vida de un alma?
e. ¿En qué sentido la Divinidad entera está involucrada en el bautismo de los pecadores arrepentidos?