Prefacio Durante los tres primeros trimestres de este año hemos estudiado lecciones de evangelización en la historia del pueblo de Dios antes de la primera venida de Cristo. En este trimestre veremos lecciones de evangelización en la experiencia de los primeros discípulos de Cristo y de la iglesia cristiana primitiva. También tendremos en cuenta la instrucción que Dios ha provisto para nuestro beneficio, a fin de que podamos cumplir su propósito como pueblo remanente de Dios.“Hoy la iglesia de Dios tiene libertad para llevar a cabo el plan divino para la salvación de la humanidad perdida.... Al Israel espiritual han sido devueltos los privilegios que fueron concedidos al pueblo de Dios cuando se le libertó de Babilonia. En todas partes de la tierra, hombres y mujeres están respondiendo al mensaje enviado por el Cielo, acerca del cual Juan el revelador profetizó que sería proclamado antes del segundo advenimiento de Cristo: ‘Temed a Dios, y dadle honra; porque la hora de su juicio es venida’ (Apocalipsis 14:7).”—Profetas y Reyes, pág. 527.“La iglesia es el medio señalado por Dios para la salvación de los hombres. Fue organizada para servir, y su misión es la de anunciar el Evangelio al mundo. Desde el principio fue el plan de Dios que su iglesia reflejase al mundo su plenitud y suficiencia. Los miembros de la iglesia, los que han sido llamados de las tinieblas a su luz admirable, han de revelar su gloria. La iglesia es la depositaria de las riquezas de la gracia de Cristo; y mediante la iglesia se manifestará con el tiempo, aún a ‘los principados y potestades en los cielos’ (Efesios 3:10), el despliegue final y pleno del amor de Dios.”—Los Hechos de los Apóstoles, pág. 9.“Toda la tierra, que está rodeada por las tinieblas del pecado, de la tristeza y del dolor, debe ser iluminada por el conocimiento del amor de Dios. Ninguna secta, categoría ni clase de personas debe ser excluida de la luz que resplandece del trono celestial.“El mensaje de esperanza y misericordia debe ser proclamado hasta los últimos confines de la tierra. Todo aquel que quiera puede extender la mano, asirse de la fortaleza de Dios, reconciliarse con él y obtener paz.”—Profetas y Reyes, pág. 531.Es nuestra oración que esta serie de lecciones ayude a nuestros estudiantes de la Escuela Sabática a convertirse en misioneros más eficaces para llevar adelante este último mensaje de misericordia al mundo.—El Departamento de Escuela Sabática de la Conferencia General