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Sabbath Bible Lessons

La Vida de Abrahán

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Prefacio

En el mundo actual, al mirar a nuestro alrededor vemos calamidades que ocurren en todas partes: violencia, matanza, catástrofes naturales y maldad sin precedentes. Todas estas cosas nos recuerdan que la segunda venida de nuestro Señor Jesús sucederá en breve. A fin de enfrentar estos desafíos, a fin de estar preparados para encontrarnos con nuestro Señor en las nubes del cielo, hemos de tener una fe poderosa, la fe de Abrahán.

“Aquellos que profesan esperar la pronta venida de nuestro Salvador deberían tener la fe de Abrahán, una fe que es preciada porque les ha costado algo, una fe que obra por el amor y purifica el alma. El ejemplo de Abrahán ha sido dejado registrado para nosotros, que vivimos en el fin de los siglos. Debemos creer que Dios está de veras con nosotros, y que debe ser tratado con la mayor seriedad. Quiere decir exactamente lo que dice, y requiere de nosotros una fe implícita y una obediencia voluntaria. Entonces dejará que su luz brille a nuestro alrededor, y podamos ser íntegramente luz en el Señor.”—The Signs of the Times, 1 de abril de 1875.

Este trimestre estudiaremos sobre la vida de Abrahán. Este hombre de Dios pasó por muchas pruebas de fe. En cada una, fue dado a Abrahán la oportunidad de demostrar su confianza en Dios y en la promesa que Dios le había dado—que sería “padre de muchas naciones.” A veces su fe vaciló, cuando trataba de cumplir el plan de Dios de acuerdo a sus tiempos y a su manera. Sin embargo, Dios probó su fidelidad, y en el momento designado, el primer hijo de la promesa nació a Abrahán. Sin embargo, Dios reservó la mayor prueba de Abrahán, no cuando él era joven y fuerte, sino cuando ya era un anciano.

“Abrahán fue probado estrictamente en su vejez. Al afligido anciano le parecían terribles e inoportunas las palabras del Señor; pero no puso en duda su justicia ni vaciló en su obediencia. Podría haber alegado que era anciano y débil, y no podía sacrificar al hijo que era el gozo de su vida. Podría haber recordado al Señor que esta orden contrariaba las promesas que le había hecho respecto de su hijo. Pero Abrahán obedeció sin una queja ni un reproche. Su confianza en Dios fue absoluta.”—Testimonios para la Iglesia, tomo 4, págs. 249, 250.

“Dios permite que las pruebas asedien a los suyos, para que mediante su constancia y obediencia puedan enriquecerse espiritualmente, y para que su ejemplo sea una fuente de poder para otros… Los mismos sufrimientos que prueban más severamente nuestra fe, y que nos hacen pensar que Dios nos ha olvidado, sirven para llevarnos más cerca de Cristo, para que echemos todas nuestras cargas a sus pies, y para que sintamos la paz que nos ha de dar en cambio.”—Patriarcas y Profetas, pág. 122.

Que Dios nos dé la fe de Abrahán. Que esta fe pueda llevarnos a vivir nuestra vida de tal forma que pueda ser dicho de nosotros, así como fue dicho de Abrahán, que cada uno de nosotros es “el amigo de Dios.”

El Departamento de Escuela Sabática de la Conferencia General

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