Domingo
5 de febrero
1. EL PACTO ETERNO
a. ¿Qué demuestra que el pacto hecho con Abrahán es el mismo que el ratificado por Cristo en el Calvario? Génesis 22:16; Hebreos 6:13–18; 9:16.
“El pacto hecho con Abrahán fue ratificado mediante la sangre de Cristo, y es llamado el ‘segundo’ pacto o ‘nuevo’ pacto, porque la sangre con la cual fue sellado se derramó después de la sangre del primer pacto. Es evidente que el nuevo pacto estaba en vigor en los días de Abrahán, puesto que entonces fue confirmado tanto por la promesa como por el juramento de Dios, ‘dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta.’ Hebreos 6:18.”—Patriarcas y Profetas, págs. 387, 388.
b. ¿Qué fue prometido bajo este pacto y cómo respondió Abrahán? Génesis 17:1–8; 15:6; 26:5; comparar con Gálatas 3:8, 16; Romanos 4:20–22.
“Este pacto puso al alcance de todos los hombres el perdón y la ayuda de la gracia de Dios para obedecer en lo futuro mediante la fe en Cristo. También les prometía la vida eterna si eran fieles a la ley de Dios.”—Ídem., págs. 386, 387.
“La ley de Dios fue la base de este pacto, que era sencillamente un arreglo para restituir al hombre a la armonía con la voluntad divina, colocándolo en situación de poder obedecer la ley de Dios.”—Ídem.
Lunes
6 de febrero
2. UNA RELACIÓN ETERNA
a. ¿De qué modo expresó Dios la relación del pacto que estableció con Abrahán y su descendencia? Levítico 26:12. Comparar con Génesis 17:7, 8; Deuteronomio 14:2; 29:13.
b. ¿Qué le dio Dios a Abrahán como un sello de la relación del pacto, y por qué? Génesis 17:11; Romanos 4:11.
“En ese tiempo el rito de la circuncisión fue dado a Abrahán ‘por sello de la justicia de la fe que tuvo en la incircuncisión.’ (Romanos 4:11.) Este rito había de ser observado por el patriarca y sus descendientes como señal de que estaban dedicados al servicio de Dios, y por consiguiente separados de los idólatras y aceptados por Dios como su tesoro especial.”—Patriarcas y Profetas, pág. 132.
“[La circuncisión era] señal de que quienes lo recibían eran dedicados al servicio de Dios, y prometían permanecer separados de la idolatría y obedecer la ley de Dios.”—Ídem., pág. 378.
c. ¿Qué experiencia esencial debemos tener hoy a fin de entrar en la misma relación del “nuevo” pacto con Dios? Deuteronomio 10:16; Colosenses 2:11; Hebreos 8:10; 2 Corintios 6:16, 17.
“Debemos creer que somos elegidos de Dios, para ser salvados por el ejercicio de la fe, por la gracia de Cristo y la obra del Espíritu Santo; y debemos alabar y glorificar a Dios mediante esta manifestación maravillosa de su favor inmerecido. Es el amor de Dios que atrae el alma a Cristo, para ser generosamente recibida, y presentada al Padre. A través de la obra del Espíritu es renovada la relación divina entre Dios y el pecador. El Padre dice: ‘Seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo. Ejerceré el amor perdonador hacia ellos y derramaré en ellos mi gozo. Ellos serán para mí un especial tesoro; mediante este pueblo que he creado para mí proclamaré mi alabanza.’—The Signs of the Times, 2 de enero de 1893.
“La condición para ser recibidos en la familia del Señor es salir del mundo, separarse de todas sus influencias contaminadoras.”—La Maravillosa Gracia de Dios, pág. 57.
Martes
7 de febrero
3. UN SACERDOCIO ETERNO
a. ¿Por qué Cristo es llamado sacerdote según Melquisedec y no según Aarón? Hebreos 5:5, 6; 7:11–16; Mateo 1:1, 2.
“El sumo sacerdote tenía el propósito de representar de una forma especial a Cristo, quien habría de convertirse en sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec. Este orden de sacerdocio no debía ser transmitido a otro ni ser suplantado por otro.”—Comentario Bíblico ASD [Comentarios de E. G. de White], tomo 7, pág. 942.
b. ¿De qué modo está relacionado el sacerdocio de Melquisedec con el sacerdocio eterno de Cristo, y por qué es un sacerdocio superior al de Aarón? Comparar Hebreos 7:1–3 con Hebreos 7:20–25; 6:18–20.
“Fue Cristo el que habló mediante Melquisedec, el sacerdote del Dios altísimo. Melquisedec no era Cristo, sino la voz de Dios en el mundo, el representante del Padre.”—Mensajes Selectos, tomo 1, pág. 479.
“El nombre de aquel niñito impotente... era la esperanza de la humanidad caída. El niño por quien se pagara el rescate era Aquel que había de pagar la redención de los pecados del mundo entero. Era el verdadero ‘gran sacerdote sobre la casa de Dios,’ la cabeza de ‘un sacerdocio inmutable,’ el intercesor a ‘la diestra de la Majestad en las alturas.’ (Hebreos 10:21; 7:24; 1:3).”—El Deseado de Todas las Gentes, pág. 36.
c. ¿Qué paralelo hay en el alimento que el sacerdote de Dios ofreció a Abrahán? Comparar Génesis 14:18–20 con 1 Corintios 10:16; 11:23–26.
“El pan y el vino representan el cuerpo y la sangre de Cristo. Así como el pan fue partido, y el vino derramado, así el cuerpo de Cristo fue quebrantado, y su sangre derramada para salvarnos.
“Comiendo el pan y bebiendo el vino, mostramos que creemos en esto. Mostramos que nos arrepentimos de nuestros pecados, y que recibimos a Cristo como nuestro Salvador.”—The Story of Jesus, pág. 98.
Miércoles
8 de febrero
4. UNA POSESIÓN ETERNA
a. ¿Qué tierra eterna, de la cual la tierra terrenal era sólo una sombra, le prometió Dios a Abrahán? Génesis 17:8; Hebreos 11:8–10; Apocalipsis 21:2.
“Las variadas experiencias de los hebreos eran una escuela destinada a prepararlos para su prometido hogar en Canaán. Dios quiere que su pueblo de estos días repase con corazón humilde y espíritu dócil las pruebas a través de las cuales el Israel antiguo tuvo que pasar, para que le ayuden en su preparación para la Canaán celestial.”—Patriarcas y Profetas, pág. 299.
“Que todo lo que es hermoso en nuestro hogar terrenal nos recuerde el río de cristal y los verdes campos, los árboles que se agitan y las fuentes vivas, la ciudad brillante y los cantantes vestidos de blanco, de nuestro hogar celestial—este mundo de belleza que ningún artista puede imaginar, ninguna lengua mortal describir.”—The Faith I Live By, pág. 279.
b. ¿Cuándo y cómo recibirán Abrahán y su descendencia la herencia eterna? Mateo 25:31, 34; Juan 14:1–3, Daniel 7:27.
“La quebrada y desigual superficie de la tierra era ya una dilatada planicie. Todo el universo de Dios estaba limpio y había terminado para siempre la gran controversia. Por doquiera posáramos la vista, todo era santo y hermoso. Toda la hueste de redimidos, viejos y jóvenes, grandes y pequeños, arrojaron sus brillantes coronas a los pies del Redentor y, postrándose reverentemente ante él, adoraron al que vive por siempre. La hermosa tierra nueva, con toda su gloria, iba a ser la heredad eterna de los santos. El reino, el señorío y la grandeza del reino bajo todo el cielo fue dado entonces a los santos del Altísimo, que iban a poseerlo por siempre jamás.”—Primeros Escritos, pág. 295.
“El establecimiento completo del reino de su gloria no se producirá hasta la segunda venida de Cristo a este mundo. ‘El reino y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo’ serán dados ‘al pueblo de los santos del Altísimo’ (Daniel 7:27). Heredarán el reino preparado para ellos ‘desde la fundación del mundo’ (Mateo 25:34). Cristo asumirá entonces su gran poder y reinará.”—El Discurso Maestro de Jesucristo, pág. 93.
Jueves
9 de febrero
5. VIDA ETERNA
a. ¿Cuál es la mayor de todas las promesas dadas mediante el pacto eterno? Gálatas 3:29; 1 Juan 5:11; Apocalipsis 21:3, 4.
“Pero se acerca el día cuando habrá terminado la batalla y la victoria habrá sido ganada. La voluntad de Dios ha de cumplirse en la tierra como en el cielo. Las naciones de los salvados no conocerán otra ley que la del cielo. Todos constituirán una familia dichosa, unida, vestida con las prendas de alabanza y de acción de gracias: con el manto de la justicia de Cristo.”—El Ministerio de Curación, págs. 404, 405.
“[En el cielo] no hay decepción, dolor, pecado, nadie que pueda decir: ‘Estoy enfermo.’ Allí, allí no hay entierros, luto, muerte, despedida, ni corazones rotos; y Jesús está allí, la paz está allí... ¡En su presencia hay plenitud de gozo, en su diestra hay gozo para siempre!”—My Life Today, pág. 349.
b. ¿A qué esperanza no debemos nunca renunciar? Tito 2:11–13; Hebreos 10:35–37.
“Sé paciente, soldado cristiano. Aún un poco, y el que ha de venir vendrá. La noche de cansadora espera, vigilia y aflicción, casi ha pasado. Pronto se dará la recompensa; el eterno día amanecerá. No hay tiempo para dormir ahora; no hay tiempo que perder en inútiles lamentos. El que ahora se aventure a dormitar perderá preciosas oportunidades de hacer bien… Cada alma salvada será una estrella adicional en la corona de Jesús, nuestro adorable Redentor.”—Servicio Cristiano Eficaz, pág. 339.
Viernes
10 de febrero
PREGUNTAS DE REPASO PERSONAL
1. ¿Cómo podemos tener confianza en la Palabra de Dios?
2. ¿Cómo podemos tener la misma relación del pacto con Dios qué Abrahán tenía?
3. Explique cómo podemos tener confianza en el sacerdocio eterno de Cristo.
4. ¿Cuál es la bendita esperanza de los hijos de Abrahán?
5. ¿Por qué la vida eterna con Dios es la bendita esperanza del cristiano?