SÁBADO, 1 DE SEPTIEMBRE DE 2018 Madagascar es una gran nación insular en la costa sureste de África. Es el hogar de más de mil especies de vida silvestre, el 90% de las cuales no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. Es una isla de bosques lluviosos, hermosas playas y arrecifes de coral. Cerca de la concurrida capital, Antananarivo, se encuentra Ambohimanga, un complejo en la ladera de palacios reales y cementerios, adornado con enormes árboles centenarios de baobab. La población de Madagascar es de 24 millones de habitantes. Según una encuesta reciente, el 55% de la población respeta las creencias tradicionales, el 40% son cristianos y el 5% restante de la población son musulmanes. Los cristianos malgaches se subdividen casi por igual entre protestantes y católicos romanos. Los idiomas oficiales son el francés y el malgache. El mensaje de reforma llegó a Madagascar en 2013 cuando el hno. John Bosco, un ministro de Ruanda, decidió visitar este país. Un matrimonio de una iglesia protestante lo recibió y lo ayudó a encontrar alojamiento. El hermano Bosco les dio algunos estudios bíblicos y ellos se interesaron mucho en el mensaje de la verdad presente. El sábado, este matrimonio proporcionó un lugar para el culto, invitando a sus amigos e hijos a asistir a estas reuniones de adoración. Luego, el mensaje de reforma se extendió a otras partes del país a través de esta familia. Pronto fue enviado un obrero bíblico desde Ruanda, con la ayuda de dos voluntarios de Brasil. Después de 6 meses de arduo trabajo, 49 almas fueron bautizadas por primera vez. Ahora en Madagascar tenemos más de 80 miembros de iglesia y más de 200 miembros de Escuela Sabática. La misión fue recientemente organizada oficialmente. Nuestros miembros están dispersos por todo el país. Ahora deseamos establecer nuestra sede en Antananarivo, ya que se encuentra en el centro de la isla y es un núcleo ideal para nuestro trabajo misionero. También tendremos un lugar para el culto y un lugar para imprimir folletos. Suplicamos ahora a nuestros hermanos de todo el mundo para que nos ayuden bondadosamente en este proyecto de construcción. Es nuestra oración que Dios recompense su bondad en su obra misionera. “El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado” (Proverbios 11:25). —En nombre de sus hermanos y hermanas de la Misión de Madagascar