Domingo
7 de febrero
1. CON AQUIS EN GAT
a. ¿Por qué la forma en que David eligió liberarse de la presión de Saúl era contraria a la voluntad de Dios? 1 Samuel 27:1–4.
“La conclusión de David, de que Saúl ciertamente alcanzaría su propósito homicida, se formó sin el consejo de Dios. Aun cuando Saúl estaba maquinando y procurando su destrucción, el Señor obraba para asegurarle el reino a David. El Señor lleva a cabo sus planes, aunque muchas veces para los ojos humanos parezcan velados por el misterio. Los hombres no pueden comprender las maneras de proceder de Dios; y, mirando las apariencias, interpretan las dificultades, las pruebas y las aflicciones que Dios permite que les sobrevengan, como cosas que van encaminadas contra ellos, y que sólo les causarán la ruina. Así miró David las apariencias, y pasó por alto las promesas de Dios. Dudó que jamás llegara a ocupar el trono. Las largas pruebas habían debilitado su fe y agotado su paciencia.
“El Señor no envió a David para que buscara protección entre los filisteos, los enemigos acérrimos de Israel. Esa nación se iba a contar entre sus peores enemigos hasta el final; y sin embargo, huyó a ella en busca de ayuda cuando la necesitó… Dios le había designado para que levantase su estandarte en la tierra de Judá, y fue la falta de fe lo que le llevó a abandonar su puesto del deber sin un mandamiento del Señor.”—Patriarcas y Profetas, pág. 728.
Lunes
8 de febrero
2. LUGAR EQUIVOCADO / DIÁLOGO EQUIVOCADO
a. ¿Cómo fue recibido David por Aquis, y de qué manera podríamos estar en peligro de cometer el mismo error que David? 1 Samuel 27:5–7.
“La incredulidad de David deshonró a Dios. Los filisteos habían temido más a David que a Saúl y sus ejércitos; y al ponerse bajo la protección de los filisteos, David les reveló las debilidades de su propio pueblo. Así animó a estos implacables enemigos a oprimir a Israel. David había sido ungido para que defendiera al pueblo de Dios; y el Señor no quería que sus siervos alentaran a los impíos revelando la debilidad de su pueblo ni aparentando indiferencia hacia el bienestar de dicho pueblo. Además, sus hermanos recibieron la impresión que él se había ido con los paganos para servir a sus dioses. Su acto dio lugar a que se interpretaran mal sus móviles, y muchos se sintieron inducidos a tener prejuicio contra él. Aquello mismo que Satanás quería que hiciera, fue inducido a hacerlo; pues, al buscar refugio entre los filisteos, David causó gran alegría a los enemigos de Dios y de su pueblo. David no renunció al culto que rendía a Dios, ni dejó de dedicarse a su causa; pero sacrificó su confianza en él en favor de la seguridad personal, y así empañó el carácter recto y fiel que Dios exige que sus siervos tengan.
“El rey de los filisteos recibió cordialmente a David. Lo caluroso de esta recepción se debió en parte a que el rey le admiraba, y en parte al hecho de que halagaba su vanidad el que un hebreo buscaba su protección.”—Patriarcas y Profetas, págs. 728, 729.
b. ¿Qué mal resultó de las palabras engañosas de David? Versículos 8–12.
“Mientras moraba en esa ciudad remota [Siclag], David hizo guerra a los gesureos, a los gerzeos y a los amalecitas, sin dejar nunca uno solo vivo que llevara las noticias a Gath. Cuando volvía de la batalla, daba a entender a Achis que había estado guerreando contra los de su propia nación, los hombres de Judá. Con este fingimiento, se convirtió en el medio de fortalecer la mano de los filisteos… David sabía que era la voluntad de Dios que aquellas tribus paganas fueran destruidas, y también sabía que él había sido designado para llevar a cabo esa obra; pero no seguía los caminos y consejos de Dios al practicar el engaño.”—Ibíd., pág. 729.
Martes
9 de febrero
3. NECESIDAD DE LA LIBERACIÓN DE DIOS
a. ¿Cómo se sumió David en problemas más profundos? 1 Samuel 28:1, 2. ¿Qué oración suya revela que finalmente aprendió de tales errores? Salmo 141:3.
“David no tenía intención de alzar su mano contra su pueblo; pero no estaba seguro de la conducta que debía seguir, hasta que las circunstancias le indicaran su deber. Contestó al rey evasivamente, y le dijo: ‘Sabrás pues lo que hará tu siervo.’ Achis interpretó estas palabras como una promesa de ayuda en la guerra que se aproximaba, y prometió otorgarle a David grandes honores, y darle un elevado cargo en la corte filistea.”—Patriarcas y Profetas, pág. 730.
b. A pesar del error de David, ¿cómo lo libró el Señor misericordiosamente de su problema con Aquis? 1 Samuel 29:1–5.
“Hubiera sido mucho mejor para él hallar refugio en las poderosas fortalezas de las montañas de Dios que entre los enemigos declarados de Jehová y de su pueblo. Pero el Señor, en su gran misericordia, no castigó este error de su siervo [David] ni le dejó solo en su angustia y perplejidad; pues aunque David, al perder su confianza en el poder divino, había vacilado y se había desviado del sendero de la integridad estricta, seguía teniendo en su corazón el propósito de ser fiel a Dios. Mientras que Satanás y su hueste estaban activos y ayudaban a los adversarios de Dios y de Israel a hacer planes contra un rey que había abandonado a Dios, los ángeles del Señor obraban para librar a David del peligro en que había caído. Los mensajeros celestiales movieron a los príncipes filisteos a que protestaran contra la presencia de David y de su fuerza junto al ejército en el conflicto que se avecinaba.”—Ibíd., pág. 746.
c. Describe la actitud de Aquis al enviar a David a casa. Versículos 6–11. ¿Qué sentimientos debe haber despertado esto en David?
“La contestación de Achis debió causar al corazón de David un estremecimiento de vergüenza y remordimiento al recordarle cuán indignos de un siervo de Jehová eran los engaños hasta los cuales se había rebajado.”—Ibíd., pág. 747.
Miércoles
10 de febrero
4. LA ÚNICA ESPERANZA
a. ¿Cuán importante es que nuestro lenguaje sea puro, especialmente en estos últimos días, y cómo únicamente es esto posible? Apocalipsis 14:1, 5; Santiago 4:8.
“Vuestra vida esté libre de prácticas engañosas.”—Conducción del Niño, pág. 138.
b. Describe lo que David enfrentó en Siclag. 1 Samuel 30:1–6 (primera parte).
“Con esto David era castigado nuevamente por la falta de fe que le había llevado a colocarse entre las filas de los filisteos. Tenía ahora oportunidad de ver cuánta seguridad había entre los enemigos de Dios y de su pueblo.”—Patriarcas y Profetas, pág. 748.
c. ¿Qué determinó David en esta hora de crisis? Versículo 6 (última parte); Salmo 56:1–3, 10–12.
“¿Cómo podía esperar [David] que el Dios de Israel le diera protección, cuando se había involucrado con los enemigos más acérrimos de su pueblo?... ¿Podía esperar salvarse a sí mismo buscando asilo con un pueblo que Dios había designado a la extinción?”—The Signs of the Times, 9 de noviembre, 1888.
“David parecía privado de todo apoyo humano. Había perdido todo lo que apreciaba en la tierra. Saúl le había expulsado de su país; los filisteos le habían echado de su campamento; los amalecitas habían saqueado su ciudad; sus esposas e hijos habían sido hechos prisioneros; y sus propios amigos y familiares se habían unido contra él y hasta le amenazaban con la muerte. En esta hora de suma gravedad, David, en lugar de permitir que su mente se espaciara en esas circunstancias dolorosas, imploró vehementemente la ayuda de Dios. ‘Se esforzó en Jehová su Dios.’ Repasó su vida agitada por tantos acontecimientos. ¿En qué circunstancias le había abandonado el Señor? Su alma se refrigeró recordando las muchas evidencias del favor de Dios. Los hombres de David, por su descontento y su impaciencia, hacían doblemente penosa su aflicción; mas el hombre de Dios, teniendo aún mayores motivos para acongojarse, se portó con valor. ‘En el día que temo, yo en ti confío’ (Salmos 56:3), fue lo que expresó su corazón. Aunque no acertaba a discernir una salida de esta dificultad, Dios podía verla, y le enseñaría lo que debía hacer.”—Patriarcas y Profetas, pág. 748.
Jueves
11 de febrero
5. NUESTRO GENEROSO PROVEEDOR
a. ¿Cómo honró el Señor la oración de David? 1 Samuel 30:7–9, 16–19.
“[Los amalecitas] resolvieron dejar con vida a los cautivos, para realzar más el honor de su triunfo con un gran número de prisioneros, pero pensaban venderlos después como esclavos. Así, sin quererlo, cumplieron los propósitos de Dios, guardando los prisioneros sin hacerles daño, para ser devueltos a sus maridos y a sus padres.”—Patriarcas y Profetas, pág. 750.
b. ¿Qué lección espiritual contiene la decisión de David sobre las recompensas obtenidas? Versículos 20–26; Juan 4:36–38.
“Los más egoístas e indisciplinados de los cuatrocientos insistieron en que aquellos que no habían tomado parte en la batalla no debían compartir el botín; que era suficiente que recobraran a sus esposas e hijos. Pero David no quiso permitir tal arreglo. [Se cita 1 Samuel 30:23, 24.] Así se arregló el asunto, y llegó a ser desde entonces ordenanza de Israel que todo el que estuviera relacionado honorablemente con una campaña militar debía participar del botín igualmente con los que habían tomado parte activa en el combate.”—Ibíd., pág. 750.
“Hoy día, en el gran campo de la mies, Dios necesita sembradores y segadores. Recuerden los que salen a trabajar, algunos para sembrar y otros para segar, que nunca han de atribuirse la gloria y el éxito de su obra…
“‘El que siega, recibe salario, y allega fruto para vida eterna; para que el que siembra también goce, y el que siega.’ (Juan 4:37, 38, 36.) Leed estas palabras con cuidado. Estudiad su significado; porque esbozan el plan de Dios.”—Obreros Evangélicos, pág. 425.
Viernes
12 de febrero
PREGUNTAS DE REPASO PERSONAL
1. ¿Cómo podemos evitar la adopción de la lógica de David al ir a Gat?
2. Explica los peligros inherentes al estilo mundano de la diplomacia.
3. Considera las formas en que Dios libera a las almas sinceras que están en problemas.
4. Describe los fundamentos del Salmo 56.
5. ¿Cuáles son las recompensas de la siembra y la cosecha espirituales?