Domingo
21 de febrero
1. MARAVILLADO CON LO SAGRADO
a. Después que Uzza murió por tocar el arca, ¿qué aprendió David, y también debiera hacerlo cada uno de nosotros, sobre la santidad de la ley de Dios? 2 Samuel 6:8–10. ¿Cómo y por qué fue recompensado Obed-edom? Versículo 11; Proverbios 9:10.
“David se asombró y alarmó, y en su corazón puso en tela de juicio la justicia de Dios. Él procuraba honrar el arca como símbolo de la presencia divina. ¿Por qué, entonces, se había mandado aquel terrible castigo para que cambiara la escena de alegría en una ocasión de dolor y luto?”—Patriarcas y Profetas, pág. 763.
“Al ver caer a Uzza, David, reconociendo que su propio corazón no estaba del todo en armonía con Dios, tuvo temor al arca, no fuese que alguno de sus pecados le acarreara castigos. Pero Obed-edom, aunque se alegró temblando, dio la bienvenida al sagrado símbolo como garantía del favor de Dios a los obedientes. La atención de todo Israel se dirigió ahora hacia el geteo y su casa, para observar cómo les iría con el arca. [Se cita 2 Samuel 6:11.]
“La reprensión divina realizó su obra en David. Le indujo a comprender como nunca antes la santidad de la ley de Dios, y la necesidad de obedecerla estrictamente…
“[David] esta vez tuvo especial cuidado de cumplir en todo detalle las instrucciones del Señor.”—Ibíd., pág. 765.
Lunes
22 de febrero
2. UN SEGUNDO INTENTO
a. ¿Qué debemos aprender de cómo David ejerció ahora una obediencia más cuidadosa y una mayor reverencia al transportar el arca? 2 Samuel 6:12, 13; Isaías 52:11.
“[David] resolvió hacer un nuevo esfuerzo para transportar el arca, y esta vez tuvo especial cuidado de cumplir en todo detalle las instrucciones del Señor. Volvió a convocar a todos los hombres principales de la nación, y una congregación enorme se reunió alrededor de la morada del geteo. Con cuidado reverente se colocó el arca en los hombros de personas divinamente designadas; la multitud se puso en fila, y con corazones temblorosos los que participaban en la vasta procesión se pusieron en marcha. Cuando habían andado seis pasos, sonaba la trompeta mandando hacer alto. Por orden de David, se habían de ofrecer ‘un buey y un carnero grueso’.”—Patriarcas y Profetas, pág. 765.
“Hombres y mujeres pueden ser bien versados en el conocimiento de la Biblia, pueden estar tan bien familiarizados con las Escrituras como lo estuvieron los israelitas con el arca, y sin embargo, si sus corazones no son rectos delante de Dios, no lograrán éxito en sus esfuerzos. Dios no estará con ellos. No tienen un concepto elevado de las obligaciones de la ley del cielo ni comprenden el carácter sagrado de la verdad que enseñan. La admonición es: ‘Purificaos los que lleváis los utensilios de Jehová’ [Isaías 52:11].”—Comentario Bíblico ASD [Comentarios de E. G. de White], tomo 2, pág. 992.
b. Describe la forma en que David dirigió la solemne procesión, y cómo se vistió en esta ocasión. 2 Samuel 6:14.
“El rey había puesto a un lado los hábitos regios, y se había vestido de un efod de lino sencillo, como el que llevaban los sacerdotes. No quería indicar por este acto que asumía las funciones sacerdotales, pues el efod era llevado a veces por otras personas además de los sacerdotes. Pero en este santo servicio tomaba su lugar, ante Dios, en igualdad de condiciones con sus súbditos. En ese día debía adorarse a Jehová. Era el único que debía recibir reverencia.
“Nuevamente el largo séquito se puso en movimiento, y flotó hacia el cielo la música de arpas y cornetas, de trompetas y címbalos, fusionada con la melodía de una multitud de voces. En su regocijo, David ‘saltaba con toda su fuerza delante de Jehová,’ al compás de la música.”—Patriarcas y Profetas, págs. 765, 766.
Martes
23 de febrero
3. REGOCIJO REVERENTE
a. ¿Qué debemos entender sobre el “baile” de David? 2 Samuel 6:14 (primera parte); 1 Tesalonicenses 5:5.
“El hecho de que, en su alegría reverente, David bailó delante de Dios ha sido citado por los amantes de los placeres mundanos para justificar los bailes modernos; pero este argumento no tiene fundamento. En nuestros días, el baile va asociado con insensateces y festines de medianoche. La salud y la moral se sacrifican en aras del placer. Los que frecuentan los salones de baile no hacen de Dios el objeto de su contemplación y reverencia. La oración o los cantos de alabanza serían considerados intempestivos en esas asambleas y reuniones. Esta prueba debiera ser decisiva. Los cristianos verdaderos no han de procurar las diversiones que tienden a debilitar el amor a las cosas sagradas y a aminorar nuestro gozo en el servicio de Dios. La música y la danza de alegre alabanza a Dios mientras se transportaba el arca no se asemejaban para nada a la disipación de los bailes modernos. Las primeras tenían por objeto recordar a Dios y ensalzar su santo nombre. Los segundos son un medio que Satanás usa para hacer que los hombres se olviden de Dios y le deshonren.”—Patriarcas y Profetas, pág. 766.
b. Describe el coro, la procesión y la ceremonia que acompañaron la entrada del arca sagrada por las puertas de Jerusalén, y la evidencia de la generosa hospitalidad de David. Salmo 24:7–10; 2 Samuel 6:17–19.
“Entonces las puertas se abrieron de par en par; entró la procesión, y con temor reverente se depositó el arca en la tienda que había sido preparada de antemano para recibirla. Delante del recinto sagrado, se habían erigido altares para los sacrificios; y ascendió al cielo el humo de los holocaustos y de las ofrendas de paz con las nubes de incienso y las alabanzas y las súplicas y oraciones de Israel. Terminado el servicio, el rey mismo pronunció una bendición sobre el pueblo. Luego con generosidad regia hizo distribuir regalos de alimentos y de vino para su refrigerio.
“Todas las tribus habían estado representadas en este servicio, cuya celebración había sido el acontecimiento más sagrado que hasta entonces señalara el reinado de David. El Espíritu de la inspiración divina había reposado sobre el rey, y mientras los últimos rayos del sol poniente bañaban el tabernáculo con luz santificada elevó él su corazón en gratitud hacia Dios porque el símbolo bendito de su presencia estaba ahora tan cerca del trono de Israel.”—Ibíd., pág. 767.
Miércoles
24 de febrero
4. ORGULLO VS. PIEDAD
a. Viendo a David dar toda la gloria a Dios en lugar de reclamarla para sí mismo como rey, ¿qué rasgo hereditario se desencadenó en la hija de Saúl, Mical, y cómo reprobó Dios su amargura? 2 Samuel 6:16, 20–23.
“La dignidad y el orgullo de la hija del rey Saúl se escandalizó al ver que el rey David había dejado de lado sus vestiduras reales, y su cetro real, y se había vestido con las sencillas prendas de lino que llevaba el sacerdote. Pensó que se estaba deshonrando enormemente ante el pueblo de Israel. Pero Dios honró a David a los ojos de todo Israel permitiendo que su espíritu estuviera sobre él.”—Spiritual Gifts, tomo 4A, págs. 112, 113.
b. ¿Con qué es comparada la sagrada ceremonia de David llevando el arca al corazón de la nación? Apocalipsis 14:12, 13; Daniel 12:2.
“David se humilló, pero Dios lo exaltó. Cantó de manera inspirada, tocando el arpa, produciendo la música más encantadora. Sintió en un pequeño grado ese santo gozo que todos los santos experimentarán al escuchar la voz de Dios cuando su cautiverio sea relevado, y Dios haga un pacto de paz con todos los que han guardado sus mandamientos.”—Ibíd., pág. 113.
“[Se cita Daniel 12:2.] Todos los que murieron en la fe del mensaje del tercer ángel, salen glorificados de la tumba, para oír el pacto de paz que Dios hace con los que guardaron su ley.”—El Conflicto de los Siglos, pág. 621.
c. Una vez que el arca estuvo en su lugar, el trono de David fue establecido, y el rey tuvo descanso de sus enemigos. ¿Cuál era su gran aspiración? 2 Samuel 7:1–3.
d. ¿Cómo respondió el Señor al deseo de David, y por qué? Versículos 4, 5, 12, 13; 1 Crónicas 22:7–10.
Jueves
25 de febrero
5. UN SUEÑO DADO A OTRO
a. ¿Cómo respondió David al veredicto de Dios? 2 Samuel 7:18–22.
“David sabía que sería un honor para él, y que reportaría gloria a su gobierno, el llevar a cabo la obra que se había propuesto en su corazón; pero estaba dispuesto a someterse a la voluntad de Dios. Muy raras veces se ve aun entre los cristianos la resignación agradecida que él manifestó. ¡Cuán a menudo los que sobrepasaron los años de más vigor en la vida se aferran a la esperanza de realizar alguna gran obra a la que aspiran de todo corazón, pero para la cual no están capacitados! Es posible que la providencia de Dios les hable, tal como le habló su profeta a David y les advierta que la obra que tanto desean no les ha sido encomendada. Les toca preparar el camino para que otro realice la obra. Pero en vez de someterse con agradecimiento a la dirección divina, muchos retroceden como si fueran menospreciados y rechazados, y deciden que si no pueden hacer lo que desean, no harán nada. Muchos se aferran con energía desesperada a responsabilidades que son incapaces de llevar y en vano procuran hacer algo imposible para ellos, mientras descuidan lo que pudieran hacer.”—Patriarcas y Profetas, pág. 770.
b. ¿Qué debemos entender cuando Dios declina nuestros deseos? Isaías 55:8, 9.
“Nuestros planes no son siempre los de Dios. Puede suceder que él vea que lo mejor para nosotros y para su causa consiste en desechar nuestras mejores intenciones, como en el caso de David…
“En su amante cuidado e interés por nosotros, muchas veces Aquel que nos comprende mejor de lo que nos comprendemos a nosotros mismos, se niega a permitirnos que procuremos con egoísmo la satisfacción de nuestra ambición.”—El Ministerio de Curación, pág. 375.
Viernes
26 de febrero
PREGUNTAS DE REPASO PERSONAL
1. ¿Cómo puede Dios, mediante su Palabra, estar buscando llevarme a un terreno más elevado?
2. ¿Podría Dios darme una segunda oportunidad de hacer las cosas mejor que antes?
3. ¿Qué característica principal notamos en la procesión del arca?
4. ¿Cómo se asemeja el transporte del arca a la resurrección especial de Daniel?
5. ¿Cómo puedo estar descuidando el llamado de Dios mientras sigo esperando algo más?